Los resultados de la investigación realizada en la Universidad de Sevilla durante el año 2001, vienen a poner de manifiesto, una vez más, que a pesar de las condiciones poco favorables generadas por la manifiestamente mejorable gestión de las políticas científicas en las administraciones central y autonómica, la estructura básica de la investigación se mantiene por la solidez de la mayoría de los cuatrocientos cincuenta grupos que se preocupan y ocupan de la misma en nuestra Universidad.

Como todos sabemos el año no fue propicio desde el panorama institucional. Las expectativas abiertas tanto en Madrid, con la puesta en marcha del nuevo Ministerio de Ciencia y Tecnología, como en la Comunidad Autónoma con los cambios producidos en la Consejería de Educación, se vieron defraudadas por los retrasos habidos en la resolución de convocatorias y en la financiación de ayudas y proyectos, el incremento de la burocracia de gestión, la falta de respuesta a los problemas de los becarios, etc.

A modo de justificación, en su reciente despedida, decía el Secretario de Estado de Política Científica y Tecnológica que en todo edificio en construcción se generan molestias que sufren los usuarios. Desearíamos que sólo fuera eso, porque a las Universidades que tenemos un déficit estructural en la financiación, como es la situación de todas las andaluzas, nos queda poco margen de crédito para poder soportar, además, las deficiencias externas.

Pero los problemas no deben ser obstáculo para mirar hacia adelante con optimismo. El hecho de que en la última evaluación del PAI más del cincuenta por ciento de nuestros grupos de investigación superen la puntuación de quince y un treinta por ciento se encuentren entre veinte y la puntuación máxima de veinticinco, es un indicador más de que el sistema tiene capacidad y solvencia para conseguir recursos externos, tanto en investigación contratada como en ayudas y proyectos de los planes andaluces, nacionales e internacionales, y cuenta con potencial para aspirar a incrementar su presencia dentro del espacio europeo de investigación a través del recién aprobado VI Programa Marco, especialmente participando en las convocatorias de redes de excelencia y proyectos integrados.