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Letras Universidad de Sevilla
01/09/2020La US colabora en un estudio de la Comisión Europea sobre Inteligencia Artificial y COVID-19
Artificial Intelligence and Digital Transformation: early lessons from the COVID-19 crisis

Dos de los 17 científicos autores de un informe sobre el uso y desarrollo de tecnologías basadas en Inteligencia Artificial (IA) durante la pandemia del COVID-19 trabajan en Sevilla. Se trata de Emilio Gómez González, catedrático de Física Aplicada en la ETS de Ingeniería de la Universidad de Sevilla y director del Grupo de Física Interdisciplinar (GFI), y Emilia Gómez, investigadora principal del proyecto HUMAINT del Joint Research Center (JRC) de Sevilla, que han escrito el capítulo titulado 'Impacto social de la Inteligencia Artificial en la Medicina y la Salud: Aspectos relevantes en la pandemia de coronavirus'.

Estos mismos científicos ya elaboraron un informe muy extenso sobre el “Impacto ético y social de los sistemas de Inteligencia Artificial en Medicina y Salud”, publicado también por el JRC de la Comisión Europea en mayo de 2020. En este documento se presentó la primera clasificación de los sistemas de inteligencia artificial en medicina y salud desde el punto de vista de su impacto ético y social.

El informe del JRC de la Comisión Europea está dirigido especialmente a los legisladores. En él se analiza cómo la pandemia del COVID-19 ha propiciado un auge masivo de los servicios y dispositivos online en la práctica totalidad de los aspectos de la vida cotidiana (educación, sanidad, actividad empresarial, administración pública, investigación, interacción social…), y se identifican algunas lecciones tempranas con respecto al desarrollo presente y futuro de la IA y la transformación digital en Europa, centrándose en particular en los datos, ya que esta es un área de cambios significativos en las actitudes y políticas.

Así, el informe analiza el uso creciente de la IA en la medicina y la atención médica, las tensiones en el intercambio de datos entre los derechos individuales y el bienestar colectivo, la búsqueda de soluciones tecnológicas -como las aplicaciones de rastreo de contactos para ayudar a controlar la propagación del virus- y las posibles preocupaciones que plantean. La transición forzada a Internet ha mostrado su resistencia, pero también el impacto desproporcionado en grupos ya vulnerables como los ancianos y los niños.

La pandemia de Covid-19 ha supuesto un gran impulso a la aplicación de tecnologías basadas en IA en el ámbito de la Medicina (en particular en aplicaciones como la telemedicina, el diagnóstico médico, los estudios epidemiológicos y el manejo clínico de los pacientes), pero no ha disipado las preocupaciones en torno a la seguridad, el posible uso indebido de los datos y las crecientes desigualdades sociales generadas por el uso de unas tecnologías que siguen sin estar al alcance de todos. Y, además, ha mostrado la vulnerabilidad de Europa frente a EEUU o China en los datos y las plataformas.

"La pandemia ha provocado algo similar a un experimento natural. Nos ha expuesto a condiciones sin precedentes, obligándonos a reaccionar de maneras inimaginables hace sólo seis meses. Cuatro meses después de esta crisis global, debemos reconocer que el Covid-19 ha actuado como un refuerzo para la aplicación de IA, pero también como un amplificador de posibles oportunidades y amenazas", escribe en el informe Max Craglia, que encabeza el grupo de investigadores que han realizado el informe del JRC.

Durante la pandemia se ha observado también un cambio en las actitudes hacia la IA y el intercambio de datos. Según el informe, la crisis ha permitido una mayor aceptación de los robots en el lugar de trabajo y del intercambio de datos para la monitorización de la propagación del virus. También ha hecho posible superar las barreras en el intercambio de datos entre entidades comerciales, y entre empresas y gobiernos.

Todo lo anterior plantea una serie de desafíos sociales, éticos y políticos, algunos de ellos relacionados con el mayor uso de herramientas digitales durante el confinamiento, así como con el uso de IA, aplicaciones y, en consecuencia, de datos. Cómo se recopilan los datos, por quién, con qué propósito, cómo se accede, se comparte y se reutiliza se han convertido en preguntas centrales durante la crisis.

"Es absolutamente crucial que los gobiernos sigan siendo responsables y transparentes con sus ciudadanos. La crisis no puede ser una excusa para vulnerar derechos humanos», especifica en el informe Lucia Vesnic-Alujevic, otra de las investigadoras.

El capítulo del informe sobre la IA durante la pandemia de Covid-19 que han redactado los investigadores de la Universidad de Sevilla y el JRC de Sevilla aborda el auge de la telemedicina, los riesgos y beneficios de los sistemas “basados en datos” (sin intervención humana directa), el gran cambio de percepción sobre el interés y aplicabilidad de los sistemas robóticos, la medicina personalizada, el difícil equilibrio entre la salud pública y los derechos individuales en el registro y uso de los datos médicos y personales, los riesgos de la extracción y uso de datos de carácter “íntimo” (incluyendo convicciones o creencias) de la nueva “psicografía”, el uso y distribución malintencionados de la información sanitaria y sobre la enfermedad (“infodemia”) para generar desórdenes sociales, atacando pilares fundamentales de la sociedad Europea y las nuevas oportunidades que surgen para un uso beneficioso de la Inteligencia Artificial en Medicina y Salud.

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